AVISO PARA ESTUDIANTES: Si alguien es demasiado sensible, se abstenga de ver este artículo.
¿Quién no conoce las coloridas y multirraciales campañas publicitarias de Benetton? Esas en que los claroscuros aparecen por el mismo contraste de piel junto piel, que el eslogan es la misma felicidad de los protagonistas, que predican la belleza más allá de jersey a conjunto con tu origen. Muy bien.
Pues quien haya pensado que Benetton no es más que una marca bonita que aprovecha la frescura de una macedonia intercontinental para hacerse eco, no tiene ni idea. Que cada uno lo interprete como quiera, pero una servidora considera que esto va más allá del mero hecho de necesitar compradores. Esto es un ejemplo de uso DEBIDO de la publicidad, como sistema de denuncia a unas realidades que desangran a la humanidad.
Sin embargo, ¿no tendría más sentido que fuéramos nosotros a quiénes abriesen esas ventanas, y esos países tan demacrados fueran decorados con manzanas, peras y uvas?