jueves, 21 de octubre de 2010

Encuentre las siete diferencias



¿Qué imagen corresponde a qué ciudad, Cabanyal u Oporto? Quizás es una pregunta demasiado evidente... o puede que para alguien que no suele frecuentar ninguno de los dos sitios, no.
Veamos, ambos sitios se han desarrollado con el agua entre los pies. Marineros de agua dulce o agua salada, barrio y ciudad han germinado con una tipología muy característica, como si fuera un hongo que aparece por la humedad del ambiente. Casas pequeñas y apretadas, humildes, pero siempre vestidas de fiesta. Los azulejos de un color, o de muchos, las carpinterías, de otro. Son tan del lugar, han echado unas raíces tan profundas, que casi parecen una prolongación de la costa, un accidente topográfico de la zona, una discontinuidad natural, como esos hongos en una roca. Definen un paisaje. Hablan del carácter de un lugar. Es un mosaico que se ha ido levantando a lo largo de años de crecimiento, colores que definen una realidad, como un Mondrian.
Pero, entonces... ¿qué las hace tan distintas?
Diferencia número (redoble de tambores) UNO: mientras que Oporto nace en su barrio costero, Valencia se extendió ajena al que era el municipio independiente del Cabanyal, para acabar estampada contra esta barrera natural que abraza la costa.
Diferencia número DOS: mientras que el barrio de la Ribeira se levanta orgulloso y presume de su hegemonía costera, las casas del Cabanyal se esconden a la sombra de nuevas construcciones que llegan a cuadruplicarlas en altura.
Diferencia número TRES: mientras Oporto ha logrado crear un equilibrio perfecto entre tradición y vanguardia, trabajando con el concepto de respeto al entorno (lección de Urbanística número 1, lección de Proyectos número 1), Valencia construye indiscriminadamente, intentando extender un modelo de ciudad hasta los límites que le imponga la misma naturaleza (supongo que si diese dinero construir en el mar, no les habría importado continuar monopolizando la zona)
Diferencia número CUATRO: mientras el ayuntamiento de Oporto exibe esta zona como símbolo de su ciudad, el de Valencia lo esconde detrás de enormes avenidas.
Diferencia número CINCO: mientras el ayuntamiento de Oporto trata de mejorar la realidad de su barrio, el de Valencia lo deja morir poco a poco, demasiado ocupado en invertir capital en otras zonas donde, porqué no decirlo, llueve sobre mojado. Pero no pasa nada, el Cabanyal no es el único, el Carmen también se está cayendo (aunque da igual porque el turismo de calidad no va a visitar estos sitios).
Diferencia número SEIS: de hecho, Oporto es patrimonio de la humanidad. Hace unos meses se intentó tirar parte del Cabanyal abajo.
Diferencia número SIETE: yo antes de visitar el Cabanyal, estuve en Oporto.

3 comentarios:

  1. Enseguida he reconocido el Cabanyal... Es lo que tiene vivir ahí ^^ Me chifla Ana, sigue escribiendo así!

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  2. Muy buena reflexión. Muy bien escrito.

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  3. Me encanta la comparación que has hecho! Aunque podemos esperar sentados esperando a que se le contagie a Rita algo del amor por lo viejo que tienen en ciudades como Oporto..

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